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Razón (2/4)

Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones.Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Juicio verdadero juzgad, y misericordia y compasión practicad cada uno con su hermano. «No oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre, ni traméis el mal en vuestros corazones unos contra otros».Así dice el Señor Todopoderoso: “Juzguen con verdadera justicia; muestren amor y compasión los unos por los otros. No opriman a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros ni a los pobres. No maquinen el mal en su corazón los unos contra los otros”.
Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Hijo mío, si tu corazón es sabio, mi corazón también se me alegrará.Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará.
Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne.
Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna.
Sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.Restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas.
Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.
Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? Y esta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? Y al decir Él esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por Él.Un sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas, y estaba allí una mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente: —Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado. —¡Hipócritas! —le contestó el Señor—. ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado? Cuando razonó así, quedaron humillados todos sus adversarios, pero la gente estaba encantada de tantas maravillas que él hacía.
En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.
Que te conceda el deseo de tu corazón, y cumpla todos tus anhelos.Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes.
El Señor es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias.
Alabaré al Señor con todo mi corazón. Todas tus maravillas contaré.Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas.
Pon tu delicia en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu corazón.Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.
Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la ganancia deshonesta.Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas.
Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor.Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!
Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón.Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
Con rectitud de corazón te daré gracias, al aprender tus justos juicios.Te alabaré con integridad de corazón, cuando aprenda tus justos juicios.
Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón.Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí.
El necio no se deleita en la prudencia, sino solo en revelar su corazón.Al necio no le complace el discernimiento; tan solo hace alarde de su propia opinión.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.
Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón, todos vosotros que esperáis en el Señor.Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan.
Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos.Yo te busco con todo el corazón; no dejes que me desvíe de tus mandamientos.

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca.
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Versículo de la Biblia del día

Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor.

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Versículo de la Biblia al Azar

Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
pero con los humildes está la sabiduría.
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