Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron. | Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla. |
Él es quien revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con Él. | Él revela lo profundo y lo escondido, y sabe lo que se oculta en las sombras. ¡En él habita la luz! |
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Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. | Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. |
Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz. | Y dijo Dios: «¡Que haya luz!». Y la luz llegó a existir. |
Pues no por su espada tomaron posesión de la tierra, ni su brazo los salvó, sino tu diestra y tu brazo, y la luz de tu presencia, porque te complaciste en ellos. | Porque no fue su espada la que conquistó la tierra, ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas. |
Mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado. | Pero, si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado. |
Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de una cama, sino que la pone sobre un candelero para que los que entren vean la luz. | Nadie enciende una lámpara para después cubrirla con una vasija o ponerla debajo de la cama, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz. |
No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? | No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? |
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. | Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. |
Porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz. | Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz. |
Porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. | El fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. |
Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor ha amanecido sobre ti. | ¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! |
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar. | Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. |
Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios. | En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios. |
Encomienda al Señor tu camino, confía en Él, que Él actuará; hará resplandecer tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. | Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía. |
Por lo cual, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz, y lo que habéis susurrado en las habitaciones interiores, será proclamado desde las azoteas. | Así que todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad se dará a conocer a plena luz, y lo que han susurrado a puerta cerrada se proclamará desde las azoteas. |
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? | El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? |
Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino. | Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. |
Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. | Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. |
La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. | La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo. |
Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna. | Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. |
Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. | Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel. |
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. | El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán. |
Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. | Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. |
El que sigue la justicia y la lealtad halla vida, justicia y honor. | El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra. |