El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir. | Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y el Señor se deleita en su camino. |
¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? —afirma el Señor—. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? —afirma el Señor—. | ¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo no lo vea? —declara el Señor. ¿No lleno yo los cielos y la tierra? —declara el Señor. |
¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia! | Buscad al Señor y su fortaleza; buscad su rostro continuamente. |
Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. | Encomienda tus obras al Señor, y tus propósitos se afianzarán. |
Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron. | Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa. |
Este es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él. | Este es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él. |
Te alabaré, Señor, entre los pueblos; te cantaré salmos entre las naciones. | Te alabaré entre los pueblos, Señor; te cantaré alabanzas entre las naciones. |
Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí? | He aquí, yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para mí? |
Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes —afirma el Señor Todopoderoso—. | “Volveos a mí” —declara el Señor de los ejércitos— “y yo me volveré a vosotros” —dice el Señor de los ejércitos. |
No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda. | Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda. |
Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz. | Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. |
Porque el Señor ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados. | Porque el Señor ama la justicia, y no abandona a sus santos; ellos son preservados para siempre, pero la descendencia de los impíos será exterminada. |
El temor del Señor imparte sabiduría; la humildad precede a la honra. | El temor del Señor es instrucción de sabiduría, y antes de la gloria está la humildad. |
Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. | Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. |
Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. | Confía en el Señor, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. |
¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? | Pues ¿quién es Dios, fuera del Señor? ¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios? |
En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado. | En paz me acostaré y así también dormiré; porque solo tú, Señor, me haces habitar seguro. |
La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse. | La bendición del Señor es la que enriquece, y Él no añade tristeza con ella. |
¡Levántate, Señor! ¡Levanta, oh Dios, tu brazo! ¡No te olvides de los indefensos! | Levántate, oh Señor; alza, oh Dios, tu mano. No te olvides de los pobres. |
Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. | Claman los justos, y el Señor los oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu. |
Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo. Lo afirma el Señor omnipotente”. | Por tanto, diles: «Así dice el Señor Dios: “Ninguna de mis palabras se demorará más. Toda palabra que diga se cumplirá” » —declara el Señor Dios. |
Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. | Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. |
No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. | Si digo: Mi pie ha resbalado, tu misericordia, oh Señor, me sostendrá. |
El Señor es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia. | Será también el Señor baluarte para el oprimido, baluarte en tiempos de angustia. |
Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió. | Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió. |