Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la equidad y todo buen camino. | Entonces discernirás justicia y juicio, equidad y todo buen sendero. |
Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el Señor a los sacrificios. | El hacer justicia y derecho es más deseado por el Señor que el sacrificio. |
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Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse. | Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu. |
El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra. | El que sigue la justicia y la lealtad halla vida, justicia y honor. |
Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría. | Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; pero con los humildes está la sabiduría. |
La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. | La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira. |
En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano. | En todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace para tiempo de angustia. |
¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! | Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos los desdichados. |
El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua. | En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus labios es prudente. |
Aleja de tu boca la perversidad; aparta de tus labios las palabras corruptas. | Aparta de ti la boca perversa, y aleja de ti los labios falsos. |
No niegues un favor a quien te lo pida si en tu mano está el otorgarlo. | No niegues el bien a quien se le debe, cuando esté en tu mano el hacerlo. |
El temor del Señor imparte sabiduría; la humildad precede a la honra. | El temor del Señor es instrucción de sabiduría, y antes de la gloria está la humildad. |
¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados! | Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende los derechos del afligido y del necesitado. |
La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra. | La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, mas la buena palabra lo alegra. |
Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. | Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él. |
La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta. | Él que anda en chismes revela secretos, pero el de espíritu leal oculta las cosas. |
De todo hombre se espera lealtad. Más vale ser pobre que mentiroso. | Lo que es deseable en un hombre es su bondad, y es mejor ser pobre que mentiroso. |
Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor. | El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del Señor. |
Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse solo en palabras lleva a la pobreza. | En todo trabajo hay ganancia, pero el vano hablar conduce solo a la pobreza. |
El hijo sabio es la alegría de su padre; el hijo necio es el pesar de su madre. | El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza para su madre. |
La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres. | Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres. |
El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos. | El hombre perverso provoca contiendas, y el chismoso separa a los mejores amigos. |
Plata refinada es la lengua del justo; el corazón del malvado no vale nada. | La lengua del justo es plata escogida, pero el corazón de los impíos es poca cosa. |
Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos. | El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos. |
Las riquezas mal habidas no sirven de nada, pero la justicia libra de la muerte. | Tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte. |