- Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
- Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
- Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Temas relacionados
Jesús
Entonces Jesús, mirándolos, dijo...
Mundo
No améis al mundo...
Reino
¿No sabéis que los...
Dios
Jehová está en medio...
Ascensión
Y habiendo dicho estas...
Adoración
Jehová, tú eres mi...