Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. | Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. |
En fin, hermanos, alégrense, busquen su restauración, hagan caso de mi exhortación, sean de un mismo sentir, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes. | Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. |
|
Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos. | Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para quien nosotros existimos; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual han sido creadas todas las cosas y por quien nosotros también existimos. |
El Señor libra a sus siervos; no serán condenados los que en él confían. | Jehová redime el alma de sus siervos. ¡No serán condenados cuantos en él confían! |
Así dice el Señor al reino de Israel: «Búsquenme y vivirán.» | Pero así dice Jehová a la casa de Israel: «Buscadme y viviréis.» |
Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan. | De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan. |
Porque lo dice el excelso y sublime, el que vive para siempre, cuyo nombre es santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.» | Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: «Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados.» |
Y, si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. | Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros. |
No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa. | No os angustiéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido. |
Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre. | Enséñame, Jehová, tu camino, y caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre. |
El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre. | El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre. |
Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. | Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucha gente. |
Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor. | Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan en la Ley de Jehová. |
Sean ustedes santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos. | Habéis, pues, de serme santos, porque yo, Jehová, soy santo, y os he apartado de entre los pueblos para que seáis míos. |
Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación. | Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. |
Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo. | De ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. |
El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron. Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado. | El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. |
Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. | Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. |
Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio. | Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio. |
Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. | Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. |
Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó; son como unas cuantas horas de la noche. | Ciertamente mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche. |
Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. | Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. |
Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. | Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento. |
El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe. | Aquel cuya alma no es recta se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. |
¡Anda, come tu pan con alegría! ¡Bebe tu vino con buen ánimo, que Dios ya se ha agradado de tus obras! | Anda, come tu pan con gozo y bebe tu vino con alegre corazón, porque tus obras ya son agradables a Dios. |