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Amor (3/4)

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!
Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás.Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, como es justo, porque su fe se acrecienta cada vez más, y en cada uno de ustedes sigue abundando el amor hacia los otros.
Lucho para que sean consolados sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo.Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo.
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna.
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguien tuviera el valor de morir por el bueno. Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor.Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor.
El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron. Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado.
Por esto mismo, poned toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás.Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; ¡sálvame por tu misericordia!Que irradie tu faz sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame.
¡Sea tu misericordia, Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti!Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti.
Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira y grande en misericordia.El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.
Él ama la justicia y el derecho; de la misericordia de Jehová está llena la tierra.El Señor ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su amor.
El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y el honor.El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra.
Cuando yo decía: «Mi pie resbala», tu misericordia, Jehová, me sostenía.No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda.
El ojo de Jehová está sobre los que lo temen, sobre los que esperan en su misericordia.Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor.
Aclamad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna.¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!
Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan.
Jehová, no apartes de mí tu misericordia; tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.No me niegues, Señor, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad.
Porque grande hasta los cielos es tu misericordia y hasta las nubes tu verdad.Pues tu amor es tan grande que llega a los cielos; ¡tu verdad llega hasta el firmamento!
Y tuya, Señor, es la misericordia, pues tú pagas a cada uno conforme a su obra.Que tú, Señor, eres todo amor; que tú pagarás a cada uno según lo que merezcan sus obras.
Acuérdate, Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas. De los pecados de mi juventud y de mis rebeliones no te acuerdes. Conforme a tu misericordia acuérdate, Jehová, de mí, por tu bondad.Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que siempre me has mostrado; olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, Señor, eres bueno.

El que encubre la falta busca la amistad; el que la divulga, aparta al amigo.El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.
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Versículo de la Biblia del día

El necio menosprecia el consejo de su padre;
el prudente acepta la corrección.

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Versículo de la Biblia al Azar

Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.Siguiente versículo!Con imagen

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