Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. | Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. |
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. | Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. |
|
Y todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo. | Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. |
Ya que todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo. | Porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo». |
Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día, Jehová será único, y único será su nombre. | El Señor reinará sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios, y su nombre será el único nombre. |
Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. | Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos. |
Pues el fin de la Ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. | De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia. |
Sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. | Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. |
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas. | Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. |
Respondió Jesús y les dijo: —Ésta es la obra de Dios, que creáis en aquel que él ha enviado. | Esta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió —les respondió Jesús. |
Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. | Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia. |
La Escritura dice: «Todo aquel que en él cree, no será defraudado». | Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado». |
¿Quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? | Y a ustedes, ¿quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien? |
Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. | Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. |
Jesús les respondió y dijo: —Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. | Mi enseñanza no es mía —replicó Jesús—, sino del que me envió. |
Y diréis en aquel día: «Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido.» | En aquel día se dirá: «Alaben al Señor, invoquen su nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre.» |
Aquel cuya alma no es recta se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. | El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe. |
Pero el que se gloría, gloríese en el Señor. No es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba. | Más bien, «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor». Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien recomienda el Señor. |
Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo tiene también al Padre. | Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre. |
Todo aquel que comete pecado, infringe también la Ley, pues el pecado es infracción de la Ley. | Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley. |
El que sufre es consolado por su compañero, incluso aquel que abandona el temor del Omnipotente. | Aunque uno se aparte del temor al Todopoderoso, el amigo no le niega su lealtad. |
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado. | Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. |
Aquel, pues, que os da el Espíritu y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la Ley o por el oír con fe? | Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje? |
Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. | Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. |
Jesús les respondió: —De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado. | Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús—. |