Hasta que sobre nosotros sea derramado el espíritu de lo alto. Entonces el desierto se convertirá en campo fértil y el campo fértil será como un bosque. | Hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque. |
Si andáis en mis preceptos y guardáis mis mandamientos, y los ponéis por obra, yo os enviaré las lluvias a su tiempo, y la tierra y el árbol del campo darán su fruto. | Si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos, yo les enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos. |
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La vid está seca y pereció la higuera; también el granado, la palmera y el manzano: Todos los árboles del campo se secaron. Y así se extinguió el gozo de los hijos de los hombres. | La vid se marchitó; languideció la higuera; se marchitaron los granados, las palmeras, los manzanos, ¡todos los árboles del campo! ¡Y hasta la alegría de la gente acabó por marchitarse! |
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. | En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios. |
El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación, porque él pasará como la flor de la hierba. | El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición. El rico pasará como la flor del campo. |
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad: cortan un leño del bosque, luego lo labra el artífice con su cincel, con plata y oro lo adornan y con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como una palmera, pero no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal ni tienen poder para hacer bien. | Las costumbres de los pueblos no tienen valor alguno. Cortan un tronco en el bosque, y un artífice lo labra con un cincel. Lo adornan con oro y plata, y lo afirman con clavos y martillo para que no se tambalee. Sus ídolos no pueden hablar; ¡parecen espantapájaros en un campo sembrado de melones! Tienen que ser transportados, porque no pueden caminar. No les tengan miedo, que ningún mal pueden hacerles, pero tampoco ningún bien. |
Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación. | Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! |