Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará. | Hijo mío, si tu corazón es sabio, mi corazón también se me alegrará. |
Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne. | Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. |
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Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. | Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. |
En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti. | En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti. |
Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. | Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. |
El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias. | El Señor es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico. |
Restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas. | Sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. |
Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. | Pon tu delicia en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu corazón. |
Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón. | Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón. |
Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas. | Alabaré al Señor con todo mi corazón. Todas tus maravillas contaré. |
Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas. | Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la ganancia deshonesta. |
El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca. | El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca. |
Te alabaré con integridad de corazón, cuando aprenda tus justos juicios. | Con rectitud de corazón te daré gracias, al aprender tus justos juicios. |
Dichosos los que guardan sus estatutos y de todo corazón lo buscan. | ¡Cuán bienaventurados son los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan! |
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna. | Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre. |
Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. | Que te conceda el deseo de tu corazón, y cumpla todos tus anhelos. |
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu. | Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. |
Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. | Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida. |
Yo te busco con todo el corazón; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. | Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. |
Tus estatutos son mi herencia permanente; son el regocijo de mi corazón. | Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, porque son el gozo de mi corazón. |
La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra. | La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, mas la buena palabra lo alegra. |
En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. | Como el agua refleja el rostro, así el corazón del hombre refleja al hombre. |
Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos. | El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos. |
Plata refinada es la lengua del justo; el corazón del malvado no vale nada. | La lengua del justo es plata escogida, pero el corazón de los impíos es poca cosa. |
Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. | Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. |