Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio. | Guárdame, Dios, porque en ti he confiado. |
Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir. | Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz. |
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Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados. | Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. |
Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. | Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. |
Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. | Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo para los que en él esperan. |
Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos. | Conoce, pues, que Jehová, tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta por mil generaciones. |
Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible. | Entonces Jesús, mirándolos, dijo: —Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios. |
Pero yo soy el Señor tu Dios desde que estabas en Egipto. No conocerás a otro Dios fuera de mí, ni a otro Salvador que no sea yo. | Mas yo soy Jehová, tu Dios, desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí. |
Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. | Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios. |
No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. | No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. |
Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios. | Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. |
Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. | Cuando alguno es tentado no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie. |
Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene. | Dios es el que me ayuda; el Señor está con los que sostienen mi vida. |
Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta. | ¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas. |
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios! | ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y Dios mío! |
Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas. | Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios, porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. |
Nuestro Dios está en los cielos y puede hacer lo que le parezca. | ¡Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho! |
Dios nos bendecirá, y le temerán todos los confines de la tierra. | Bendíganos Dios y témanlo todos los términos de la tierra. |
Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación. | En Dios solamente descansa mi alma; de él viene mi salvación. |
Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. | Y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. |
A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer. | A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer. |
Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. | En Dios solamente reposa mi alma, porque de él viene mi esperanza. |
Nadie ha visto jamás a Dios, pero, si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente. | Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha perfeccionado en nosotros. |
¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús. | Jesús le dijo: —¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? |
Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre. | Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. |