Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. | Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. |
Hasta que se derrame sobre nosotros el Espíritu desde lo alto, el desierto se convierta en campo fértil y el campo fértil sea considerado como bosque. | Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque. |
Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. | Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. |
Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. | Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. |
Esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. | Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. |
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? | ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? |
Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. | Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. |
Pidiendo que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él. | Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él. |
Tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. | Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. |
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. | Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. |
Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. | Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. |
Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz. | Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. |
Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre. | Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre. |
¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? | ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? |
Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios. | Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. |
El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santo es inteligencia. | El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. |
Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. | Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. |
El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. | El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. |
Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido. | Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. |
El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos. | El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos. |
Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. | Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. |
Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu. | Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. |
Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. | Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. |
Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! | Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! |
Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. | Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. |
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