Esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. | Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. |
Por senda de vida va el que guarda la instrucción, mas el que abandona la reprensión se extravía. | El que atiende a la corrección va camino a la vida; el que la rechaza se pierde. |
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Por tanto, aparta de tu corazón la congoja y aleja el sufrimiento de tu cuerpo, porque la mocedad y la primavera de la vida son vanidad. | Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo. |
Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz. | En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz. |
El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. | El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. |
Él que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que odia la reprensión es torpe. | El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. |
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor. | En Cristo Jesús de nada vale estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor. |
Por la soberbia solo viene la contienda, mas con los que reciben consejos está la sabiduría. | El orgullo solo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos. |
Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne. | Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. |
No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal. | No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad. |
Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de una cama, sino que la pone sobre un candelero para que los que entren vean la luz. | Nadie enciende una lámpara para después cubrirla con una vasija o ponerla debajo de la cama, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz. |
Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley. | Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley. |
Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. | Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. |
Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción. | Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción. |
Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan. | Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. |
Tuya es, oh Señor, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio, oh Señor, y tú te exaltas como soberano sobre todo. | Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo. |
Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro. | Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio. |
Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz. | La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. |
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. | Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. |
El temor del Señor es instrucción de sabiduría, y antes de la gloria está la humildad. | El temor del Señor imparte sabiduría; la humildad precede a la honra. |
El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. | El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. |
Confía en el Señor, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. | Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. |
Antes de la destrucción el corazón del hombre es altivo, pero a la gloria precede la humildad. | Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad. |
La bendición del Señor es la que enriquece, y Él no añade tristeza con ella. | La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse. |
Tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte. | Las riquezas mal habidas no sirven de nada, pero la justicia libra de la muerte. |