Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la ganancia deshonesta. | Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas. |
Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y Él mismo no tienta a nadie. | Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. |
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Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne. | Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. |
Por consiguiente, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidid esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano. | Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano. |
Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. | Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. |
Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene. | Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor. |
No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. | No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. |
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. | No he venido a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan. |
Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. | Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. |
Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. | ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. |
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. | Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. |
Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones. | Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones. |
No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. | No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. |
El impío pide prestado y no paga, mas el justo es compasivo y da. | Los malvados piden prestado y no pagan, pero los justos dan con generosidad. |
Levántate, oh Señor; alza, oh Dios, tu mano. No te olvides de los pobres. | ¡Levántate, Señor! ¡Levanta, oh Dios, tu brazo! ¡No te olvides de los indefensos! |
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo. | No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca. |
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno. | No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. |
Ahora bien, un mediador no es de una parte solamente, ya que Dios es uno solo. | Ahora bien, no hace falta mediador si hay una sola parte, y sin embargo Dios es uno solo. |
Señor, todo mi anhelo está delante de ti, y mi suspiro no te es oculto. | Ante ti, Señor, están todos mis deseos; no te son un secreto mis anhelos. |
Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron. | Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla. |
Pues la Escritura dice: Todo el que cree en Él no será avergonzado. | Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado». |
Mas yo he sido el Señor tu Dios desde la tierra de Egipto; no reconocerás a otro dios fuera de mí, pues no hay más salvador que yo. | Pero yo soy el Señor tu Dios desde que estabas en Egipto. No conocerás a otro Dios fuera de mí, ni a otro Salvador que no sea yo. |
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. | El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán. |
No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal. | No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad. |
Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. | Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. |