- Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
- Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para hacer su voluntad, obrando Él en nosotros lo que es agradable delante de Él mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Enséñanos a contar de tal modo nuestros días,
que traigamos al corazón sabiduría. - Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga,
el Dios que es nuestra salvación. (Selah) - Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios.
- Tened cuidado para que no perdáis lo que hemos logrado, sino que recibáis abundante recompensa.
- Es el Todopoderoso; no le podemos alcanzar;
Él es grande en poder,
y no pervertirá el juicio ni la abundante justicia. - Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación,
por la gloria de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. - Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
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