El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. | El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. |
La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. | La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples. |
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Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. | Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. |
Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida. | Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida. |
Llenas de gracia son las palabras de la boca del sabio, mientras que los labios del necio a él consumen. | Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina. |
Oye, hijo mío, recibe mis palabras, y muchos serán los años de tu vida. | Oye, hijo mío, y recibe mis razones, Y se te multiplicarán años de vida. |
En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus labios es prudente. | En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. |
Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos, y penetran hasta el fondo de las entrañas. | Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas. |
Volveos a mi reprensión: he aquí, derramaré mi espíritu sobre vosotros, os haré conocer mis palabras. | Volveos a mi reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, Y os haré saber mis palabras. |
Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos. | Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos. |
Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca. | Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. |
Hijo mío, presta atención a mis palabras, inclina tu oído a mis razones; que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón. | Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón. |
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca. | Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca. |
Por tanto, diles: «Así dice el Señor Dios: “Ninguna de mis palabras se demorará más. Toda palabra que diga se cumplirá” » —declara el Señor Dios. | Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová el Señor. |
Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía y redentor mío. | Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. |
En todo trabajo hay ganancia, pero el vano hablar conduce solo a la pobreza. | En toda labor hay fruto; Mas las vanas palabras de los labios empobrecen. |
Tomad con vosotros palabras, y volveos al Señor. Decidle: Quita toda iniquidad, y acéptanos bondadosamente, para que podamos presentar el fruto de nuestros labios. | Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios. |
Y Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en las tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos. | Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos. |
No convienen al necio las palabras elocuentes; mucho menos al príncipe los labios mentirosos. | No conviene al necio la altilocuencia; !!Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso! |
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. | Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. |
Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas, no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan. | Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario. |
Porque esto: No cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en estas palabras se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. | Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. |
He aquí, hoy me voy por el camino de toda la tierra, y vosotros sabéis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que ninguna de las buenas palabras que el Señor vuestro Dios habló acerca de vosotros ha faltado; todas os han sido cumplidas, ninguna de ellas ha faltado. | Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas. |
Aparta de ti la boca perversa, y aleja de ti los labios falsos. | Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. |
La suma de tu palabra es verdad, y cada una de tus justas ordenanzas es eterna. | La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia. |