Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. | ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto! |
El que camina en integridad anda confiado, pero el que pervierte sus caminos sufrirá quebranto. | Él que anda en integridad anda seguro, mas el que pervierte sus caminos será descubierto. |
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Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. | A quien sin haberle visto, le amáis, y a quien ahora no veis, pero creéis en Él, y os regocijáis grandemente con gozo inefable y lleno de gloria, obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas. |
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. | Fiel es Dios, por medio de quien fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro. |
Él, que es el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. | Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. |
El que ama el dinero no se saciará de dinero; y el que ama la riqueza no sacará fruto. También esto es vanidad. | Él que ama el dinero no se saciará de dinero, y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias. También esto es vanidad. |
Dios es el que me ayuda; el Señor está con los que sostienen mi vida. | He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es el que sostiene mi alma. |
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará. | Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor; si alguno me sirve, el Padre lo honrará. |
No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque Jehová no considerará inocente al que tome su nombre en vano. | No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque el Señor no tendrá por inocente a quien tome su nombre en vano. |
Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. | Quien se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para si un pueblo para posesión suya, celoso de buenas obras. |
Como ciudad destruida y sin murallas es el hombre que no pone freno a su espíritu. | Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu. |
El codicioso codicia todo el día; el justo da sin retener su mano. | Todo el día codicia, mientras el justo da y nada retiene. |
Porque el que me halle, hallará la vida y alcanzará el favor de Jehová. | Porque el que me halla, halla la vida, y alcanza el favor del Señor. |
Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa. | Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir. |
Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. | Pero fiel es el Señor quien os fortalecerá y protegerá del maligno. |
Respondió Jesús y les dijo: —Ésta es la obra de Dios, que creáis en aquel que él ha enviado. | Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado. |
Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante. | Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! |
Las riquezas de vanidad disminuyen; el que recoge con mano laboriosa las aumenta. | La fortuna obtenida con fraude disminuye, pero el que la recoge con trabajo la aumenta. |
El que encuentra esposa encuentra el bien y alcanza la benevolencia de Jehová. | El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del Señor. |
Le respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. | Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. |
Porque yo libraba al pobre que clamaba y al huérfano que carecía de ayudador. La bendición venía sobre mí del que estaba a punto de perderse, y al corazón de la viuda yo procuraba alegría. | Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que no tenía quien le ayudara. Venía sobre mí la bendición del que estaba a punto de perecer, y el corazón de la viuda yo llenaba de gozo. |
Él nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. | Quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad. |
Guardar la instrucción es camino que lleva a la vida; el que rechaza la reprensión, yerra. | Por senda de vida va el que guarda la instrucción, mas el que abandona la reprensión se extravía. |
Las riquezas de un hombre pueden ser el rescate de su vida, pero el pobre no escucha amenazas. | El rescate de la vida de un hombre está en sus riquezas, pero el pobre no oye amenazas. |
Mucho se alegrará el padre del justo, y el que engendra a un sabio se gozará con él. | El padre del justo se regocijará en gran manera, y el que engendra un sabio se alegrará en él. |