- Tú eres mi roca y mi castillo;
por tu nombre me guiarás y me encaminarás. - Yo soy Jehová, vuestro Dios: andad en mis estatutos, guardad mis preceptos y ponedlos por obra. Santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios.
- Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
mi gloria, y el que levanta mi cabeza. - Pero yo cantaré de tu poder,
alabaré de mañana tu misericordia,
porque has sido mi amparo
y refugio en el día de mi angustia. - Sea llena mi boca de tu alabanza,
de tu gloria todo el día. - ¿A dónde me iré de tu espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiera a los cielos, allí estás tú;
y si en el seol hiciera mi estrado, allí tú estás. - Encamíname en tu verdad y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día. - En la multitud de mis pensamientos íntimos,
tus consolaciones alegraban mi alma. - Jehová, no apartes de mí tu misericordia;
tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. - Tú encenderás mi lámpara;
Jehová, mi Dios, alumbrará mis tinieblas. - Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
- Enséñame a hacer tu voluntad,
porque tú eres mi Dios;
tu buen espíritu me guíe
a tierra de rectitud. - Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
en él confió mi corazón y fui ayudado,
por lo que se gozó mi corazón.
Con mi cántico lo alabaré. - Alma mía, dijiste a Jehová:
«Tú eres mi Señor;
no hay para mí bien fuera de ti.» - Mas yo en tu misericordia he confiado;
mi corazón se alegrará en tu salvación.
Cantaré a Jehová
porque me ha hecho bien. - Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. - Jehová, oye mi oración,
escucha mis ruegos.
¡Respóndeme por tu verdad, por tu justicia! - ¡Dios, Dios mío eres tú!
¡De madrugada te buscaré!
Mi alma tiene sed de ti,
mi carne te anhela
en tierra seca y árida
donde no hay aguas. - En Dios solamente descansa mi alma;
de él viene mi salvación. - Aunque un ejército acampe contra mí,
no temerá mi corazón;
aunque contra mí se levante guerra,
yo estaré confiado. - Pero cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.
- Ellos dijeron: —Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa.
- Acuérdate, Jehová, de tus piedades y de tus misericordias,
que son perpetuas.
De los pecados de mi juventud y de mis rebeliones no te acuerdes.
Conforme a tu misericordia acuérdate, Jehová, de mí,
por tu bondad. - Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.
- Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová, tu Dios, te da.
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La hierba se seca y se marchita la flor,mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.