Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor! | ¡Espera en Jehová! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón! ¡Sí, espera en Jehová! |
Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha. | Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre. |
Sí, en ti esperamos, Señor, y en la senda de tus juicios; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra vida. | También en el camino de tus juicios, Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma. |
Reconoce en tu corazón que, así como un padre disciplina a su hijo, también el Señor tu Dios te disciplina a ti. | Reconoce asimismo en tu corazón, que, como castiga el hombre a su hijo, así Jehová, tu Dios, te castiga. |
Oh Dios y Salvador nuestro, por la gloria de tu nombre, ayúdanos; por tu nombre, líbranos y perdona nuestros pecados. | ¡Ayúdanos, Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre! ¡Líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre! |
No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser. | No seas sabio en tu propia opinión, sino teme a Jehová y apártate del mal, porque esto será medicina para tus músculos y refrigerio para tus huesos. |
Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación. Canto salmos al Señor. ¡El Señor ha sido bueno conmigo! | Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación. Cantaré a Jehová porque me ha hecho bien. |
Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. | Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos. |
Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. | Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. |
Que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. | Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. |
El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre. | Jehová te guardará de todo mal, él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre. |
Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. | Te dé conforme al deseo de tu corazón y cumpla todos tus planes. |
Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo. | Quita, pues, de tu corazón el enojo y aparta de tu carne el mal, porque la adolescencia y la juventud son vanidad. |
Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. | Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. |
Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir, para que te vaya bien. | Ahora, pues, Israel, ¿qué pide de ti Jehová, tu Dios, sino que temas a Jehová, tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas a Jehová, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? |
No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida. | No dará tu pie al resbaladero ni se dormirá el que te guarda. |
El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. | Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” |
Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo. | Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó. |
Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti. | ¡Sea tu misericordia, Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti! |
Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre. | Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. |
¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra. | ¿Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra! |
No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca. | No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. |
¡Levántate, Señor! ¡Levanta, oh Dios, tu brazo! ¡No te olvides de los indefensos! | ¡Levántate, Jehová Dios, alza tu mano! ¡No te olvides de los pobres! |
Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata. | Porque tú, Dios, nos probaste; nos purificaste como se purifica la plata. |
Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. | Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo. |
Versículo de la Biblia del día
¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu?¿A dónde podría huir de tu presencia?
Si subiera al cielo, allí estás tú;
si tendiera mi lecho en el fondo del abismo,
también estás allí.