Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano.
Te rogamos, oh Señor: sálvanos ahora; te rogamos, oh Señor: prospéranos ahora. Bendito el que viene en el nombre del Señor; desde la casa del Señor os bendecimos.
El que anda en integridad y obra justicia, que habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, no hace mal a su prójimo, ni toma reproche contra su amigo.