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Versículos de la Biblia sobre 'Eres'

Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno.¡Qué hermosa eres, amada mía! No hay defecto en ti.
Tú eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza.Mi escondedero y mi escudo eres tú. En tu palabra he esperado.
Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno».Alma mía, dijiste a Jehová: «Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti.»
Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre.Tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza!Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvado, porque tú eres mi alabanza.Sáname, Jehová, y quedaré sano; sálvame, y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.
Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan.Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. SelahTú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás. Selah
Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día!Encamíname en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día.
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos.Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
Sin embargo, es tal tu compasión que no los destruiste ni abandonaste, porque eres Dios clemente y compasivo.Mas por tus muchas misericordias no los consumiste ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.
Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.Él les preguntó: —Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar y destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?Uno solo es el dador de la Ley, que puede salvar y condenar; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?
Soy yo mismo el que los consuela. ¿Quién eres tú, que temes a los hombres, a simples mortales, que no son más que hierba?Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor de los mortales y de los hijos de los hombres, que son como el heno?
Desde antes que nacieran los montes y que crearas la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios.Antes que nacieran los montes y formaras la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no la dominarán.
Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta.¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas.
Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros.Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza.
A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra.Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he amado; daré, pues, hombres a cambio de ti y naciones a cambio de tu vida.
¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo.¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme.
¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios.Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
Que tú, Señor, eres todo amor; que tú pagarás a cada uno según lo que merezcan sus obras.Y tuya, Señor, es la misericordia, pues tú pagas a cada uno conforme a su obra.
Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo, y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo».Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado y, mientras oraba, el cielo se abrió y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma; y vino una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.»
Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia.Pero yo cantaré de tu poder, alabaré de mañana tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos.Les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado esté en ellos y yo en ellos.

De ti proceden la riqueza y el honor; tú lo gobiernas todo. En tus manos están la fuerza y el poder, y eres tú quien engrandece y fortalece a todos.Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el dar grandeza y poder a todos.
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Versículo de la Biblia del día

Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.

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Versículo de la Biblia al Azar

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.Siguiente versículo!Con imagen

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