Versículos de la Biblia sobre 'La mirada de DIOS EN MI'
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. | Prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. |
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él. | Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él. |
Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? | Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? |
Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. | Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. |
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. | En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él. |
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. | Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. |
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. | Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. |
Jesús le dijo: —¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? | Jesús le dijo: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? |
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? | Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? |
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. | Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. |
Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios. | Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. |
Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. | Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. |
Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo para los que en él esperan. | Probada es toda palabra de Dios; Él es escudo para los que en Él se refugian. |
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. | No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí. |
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. | ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. |
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? | ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? |
¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros? | ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? |
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. | El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. |
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. | El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. |
Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. | Tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. |
Respondió Jesús y les dijo: —Ésta es la obra de Dios, que creáis en aquel que él ha enviado. | Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado. |
Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen! | Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan. |
¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí! | Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. |
Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. | Y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. |
¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! | Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace. |
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