Tú eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza. | Tú eres mi escondedero y mi escudo; en tu palabra espero. |
Así que el ángel me dijo: «Esta es la palabra del Señor para Zorobabel: “No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu —dice el Señor Todopoderoso—.”» | Esta es la palabra del Señor a Zorobabel: «No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu» —dice el Señor de los ejércitos. |
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Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. | Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre. |
En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. | Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. |
¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra. | ¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando tu palabra. |
Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. | Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. |
No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano. | No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la ley, entonces Cristo murió en vano. |
Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. | Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. |
Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos. | Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié. |
No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda. | Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda. |
Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados. | Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. |
Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación. | Desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación. |
Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. | Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. |
Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. | Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. |
Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. | Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. |
Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. | Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. |
Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. | Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. |
De este modo, por la voluntad de Dios, llegaré a ustedes con alegría y podré descansar entre ustedes por algún tiempo. | Y para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y encuentre confortante reposo con vosotros. |
No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. | No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. |
Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios. | Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él. |
Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes. | La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. |
La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra. | La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, mas la buena palabra lo alegra. |
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. | Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. |
Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo. | Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois. |
El que atiende a la palabra prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor! | El que pone atención a la palabra hallará el bien, y el que confía en el Señor es bienaventurado. |