Versículos de la Biblia sobre 'Que nada te aparte de dios'
¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios. | Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos. |
Que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga. | Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. |
Donde abundan los bienes, sobra quien se los gaste; ¿y qué saca de esto su dueño, aparte de contemplarlos? | Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? |
Yo sé que nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva; y sé también que es un don de Dios que el hombre coma o beba y disfrute de todos sus afanes. | Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. |
Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos. Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso. | Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. |
Porque para Dios no hay nada imposible. | Porque nada hay imposible para Dios. |
No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse. | Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. |
¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús. | Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? |
En efecto, «el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga.» | Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. |
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. | Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. |
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. | Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca. |
Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios? | Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? |
Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. | Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. |
¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? | ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? |
Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. | Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. |
De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús. | Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. |
El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. | El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. |
Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. | Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. |
¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? | ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? |
Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. | Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. |
Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. | Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan. |
Esta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió —les respondió Jesús. | Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. |
Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar. | Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo. |
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. | El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. |
La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios. | Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. |
Versículo de la Biblia del día
El hijo sabio es la alegría de su padre;el hijo necio es el pesar de su madre.