Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor de los mortales y de los hijos de los hombres, que son como el heno? | Soy yo mismo el que los consuela. ¿Quién eres tú, que temes a los hombres, a simples mortales, que no son más que hierba? |
¡Exaltado seas, Dios, sobre los cielos! ¡Sobre toda la tierra sea tu gloria! | Pero tú, oh Dios, estás sobre los cielos, ¡tu gloria cubre toda la tierra! |
Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. | Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. |
¡Espera en Jehová! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón! ¡Sí, espera en Jehová! | Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor! |
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma. | Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente. |
No dará tu pie al resbaladero ni se dormirá el que te guarda. | No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida. |
¿Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra! | ¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra. |
Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” | El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. |
Porque mejor es tu misericordia que la vida, mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos. | Tu amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán. Te bendeciré mientras viva, y alzando mis manos te invocaré. |
Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo. | Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. |
¡Sea tu misericordia, Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti! | Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti. |
Exaltado seas, Dios, sobre los cielos, y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria. | Tú, oh Dios, estás sobre los cielos, y tu gloria cubre toda la tierra. |
¡Levántate, Jehová Dios, alza tu mano! ¡No te olvides de los pobres! | ¡Levántate, Señor! ¡Levanta, oh Dios, tu brazo! ¡No te olvides de los indefensos! |
Pero serviréis a Jehová, vuestro Dios, y él bendecirá tu pan y tus aguas. Yo apartaré de ti toda enfermedad. | Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ustedes toda enfermedad. |
Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño. | Que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños. |
Y tuya, Señor, es la misericordia, pues tú pagas a cada uno conforme a su obra. | Que tú, Señor, eres todo amor; que tú pagarás a cada uno según lo que merezcan sus obras. |
Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. | Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús. |
Cuando yo decía: «Mi pie resbala», tu misericordia, Jehová, me sostenía. | No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. |
Mucha paz tienen los que aman tu Ley, y no hay para ellos tropiezo. | Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar. |
Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. | Tú, en cambio, predica lo que está de acuerdo con la sana doctrina. |
Porque tú, Dios, nos probaste; nos purificaste como se purifica la plata. | Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata. |
Ordena mis pasos con tu palabra y ninguna maldad se enseñoree de mí. | Guía mis pasos conforme a tu promesa; no dejes que me domine la iniquidad. |
Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. Que no se aparten de tus ojos; guárdalas en lo profundo de tu corazón. | Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. |
¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme. | ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo. |
Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas. | Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. |
Versículo de la Biblia del día
Por eso eres inexcusable, hombre, tú que juzgas, quienquiera que seas, porque al juzgar a otro, te condenas a ti mismo, pues tú, que juzgas, haces lo mismo.Versículo de la Biblia al Azar
Aunque ande en valle de sombra de muerte,no temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento.Siguiente versículo!Con imagen