
Me digo a mí mismo:
«El Señor es mi herencia.
¡En él esperaré!».
«El Señor es mi herencia.
¡En él esperaré!».
Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
«Mi porción es Jehová; por tanto, en él esperaré», dice mi alma.
El Señor es mi porción —dice mi alma—
por eso en Él espero.
por eso en Él espero.