Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. | “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. |
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. | Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. |
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No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección; Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere. | Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido. |
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. | No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención. |
A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. | Dale a todo el que te pida y, si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames. |
Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos. | Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo. |
Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. | Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros. |
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. | Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre. |
El necio al punto da a conocer su ira; Mas el que no hace caso de la injuria es prudente. | El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto. |
La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. | La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. |
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. | El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». |
Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. | Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe. |
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. | El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido. |
Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. | A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. |
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. | Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. |
Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. | Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado». |
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. | Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios. |
Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale. | Si tu hermano peca, repréndelo; y, si se arrepiente, perdónalo. Aun si peca contra ti siete veces en un día, y siete veces regresa a decirte “Me arrepiento”, perdónalo. |
Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? | ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? |
El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega. | El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla. |
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. | Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud. |
Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. | Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará! |
El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo. | El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. |
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. | Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. |
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. | Sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. |