¡Oh si ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre! | !!Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! |
Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres. | Corona de los viejos son los nietos, Y la honra de los hijos, sus padres. |
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Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. | Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. |
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor. | Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. |
El cual pagará a cada uno conforme a sus obras. | El cual pagará a cada uno conforme a sus obras. |
Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. | Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. |
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. | Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. |
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. | El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. |
Hijos, guardaos de los ídolos. | Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén. |
Sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. | El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas. |
Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen, y su justicia para los hijos de los hijos, para los que guardan su pacto y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos. | Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. |
Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? | Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? |
No tengo mayor gozo que este: oír que mis hijos andan en la verdad. | No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad. |
Ciertamente el Señor Dios no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. | Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. |
Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre. | Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. |
Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre. | Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre. |
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. | Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. |
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. | Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. |
Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos. | Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. |
Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él. | Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. |
Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. | Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. |
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. | El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. |
Porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz. | Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. |
En mi angustia invoqué al Señor, y clamé a mi Dios; desde su templo oyó mi voz, y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos. | En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. |
Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. | Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. |