Versículos de la Biblia sobre 'Ante'
- Pues escrito está:
«Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla,
y toda lengua confesará a Dios.» - Guarda silencio ante Jehová y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
por el hombre que hace lo malo. - Sabiduría ante todo, ¡adquiere sabiduría!
Sobre todo lo que posees, ¡adquiere inteligencia! - Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados.
- Oye mi oración, Jehová, y escucha mi clamor.
No calles ante mis lágrimas,
porque forastero soy para ti
y advenedizo, como todos mis padres. - Entonces seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones. Y sabrán que yo soy Jehová.
- Hombre, él te ha declarado lo que es bueno,
lo que pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia,
amar misericordia
y humillarte ante tu Dios. - Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad:
átalas a tu cuello,
escríbelas en la tabla de tu corazón
y hallarás gracia y buena opinión
ante los ojos de Dios y de los hombres. - Al contrario, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.
- Venid, adoremos y postrémonos;
arrodillémonos delante de Jehová, nuestro hacedor. - ¡Esforzaos y cobrad ánimo! No temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová, tu Dios, es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
- Señor, delante de ti están todos mis deseos
y mi suspiro no te es oculto. - Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? - Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras.
- Los regalos de un hombre le abren el camino
que lleva a la presencia de los grandes. - Todo camino del hombre es recto en su propia opinión,
pero Jehová pesa los corazones. - ¡Sean gratos los dichos de mi boca
y la meditación de mi corazón delante de ti,
Jehová, roca mía y redentor mío! - Ciertamente mil años delante de tus ojos
son como el día de ayer, que pasó,
y como una de las vigilias de la noche. - Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.
- Porque a mis ojos eres de gran estima,
eres honorable y yo te he amado;
daré, pues, hombres a cambio de ti
y naciones a cambio de tu vida. - Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová, nuestro Dios, como él nos ha mandado.
- Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
- Ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
- Primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.
- Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra.
- ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios, pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
- Si escuchas atentamente la voz de Jehová, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador.
- Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, ayunad por mí y no comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis doncellas ayunaremos, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
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Digo: «¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria,y el hijo del hombre para que lo visites?»