Con mi boca clamé a Él, y ensalzado fue con mi lengua. | Clamé a él con mi boca; lo alabé con mi lengua. |
Llena está mi boca de tu alabanza y de tu gloria todo el día. | Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza. |
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Los labios del necio provocan contienda, y su boca llama a los golpes. | Los labios del necio son causa de contienda; su boca incita a la riña. |
Aparta de ti la boca perversa, y aleja de ti los labios falsos. | Aleja de tu boca la perversidad; aparta de tus labios las palabras corruptas. |
De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. | De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. |
Hay bendiciones sobre la cabeza del justo, pero la boca de los impíos oculta violencia. | El justo se ve coronado de bendiciones, pero la boca del malvado encubre violencia. |
Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación. | Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. |
Los labios del justo dan a conocer lo agradable, pero la boca de los impíos, lo perverso. | Los labios del justo destilan bondad; de la boca del malvado brota perversidad. |
Con la boca el impío destruye a su prójimo, mas por el conocimiento los justos serán librados. | Con la boca el impío destruye a su prójimo, pero los justos se libran por el conocimiento. |
Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos, y todo su ejército por el aliento de su boca. | Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas. |
Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos los desdichados. | ¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! |
Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida. | No me he apartado de los mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de su boca. |
Bendeciré al Señor en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca. | Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán. |
Pero Él respondiendo, dijo: Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». | Jesús le respondió: —Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. |
Porque el Señor da sabiduría, de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia. | Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios. |
Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende los derechos del afligido y del necesitado. | ¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados! |
Que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. | Que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. |
Él que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina. | El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina. |
Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié. | Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos. |
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca. | Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. |
Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía y redentor mío. | Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío. |
El temor del Señor es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo aborrezco. | Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso. |
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca. | El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca. |
No comí manjar delicado ni entró en mi boca carne ni vino, ni usé ungüento alguno, hasta que se cumplieron las tres semanas. | En todo ese tiempo no comí nada especial, ni probé carne ni vino, ni usé ningún perfume. |
Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda. | No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda. |