No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro. | Nadie es santo como el Señor; no hay roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como él! |
Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. | Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas. |
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Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. | Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. |
Porque nada hay imposible para Dios. | Porque para Dios no hay nada imposible. |
Toda tú eres hermosa, amiga mía, Y en ti no hay mancha. | Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno. |
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. | De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. |
Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos. | ¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios. |
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano. | Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano. |
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. | Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. |
Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. | Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. |
Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. | No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse. |
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. | Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. |
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. | Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. |
Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal; Pero alegría en el de los que piensan el bien. | En los que fraguan el mal habita el engaño, pero hay gozo para los que promueven la paz. |
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. | El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos. |
Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. | Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. |
Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo. | Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar. |
Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor. | Francamente, mientras más sabiduría, más problemas; mientras más se sabe, más se sufre. |
Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; Pero violencia cubrirá la boca de los impíos. | El justo se ve coronado de bendiciones, pero la boca del malvado encubre violencia. |
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. | Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente. |
Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? | ¿Quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? |
Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti. | Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno». |
En toda labor hay fruto; Mas las vanas palabras de los labios empobrecen. | Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse solo en palabras lleva a la pobreza. |
Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? | ¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? |
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. | En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. |