Versículos de la Biblia sobre 'Hay'
- Nadie es santo como el Señor;
no hay roca como nuestro Dios.
¡No hay nadie como él! - Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas.
- Porque para Dios no hay nada imposible.
- Hay amigos que llevan a la ruina,
y hay amigos más fieles que un hermano. - Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.
- Toda tú eres bella, amada mía;
no hay en ti defecto alguno. - De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.
- ¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios.
- Hay caminos que al hombre le parecen rectos,
pero que acaban por ser caminos de muerte. - No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse.
- Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
- Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
- En los que fraguan el mal habita el engaño,
pero hay gozo para los que promueven la paz. - El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos.
- Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad.
- Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.
- Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él.
- Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?
- En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar.
- Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella,
el mundo y cuantos lo habitan. - Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro.
- De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.
- Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos.
- De modo que, en cuanto a comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es absolutamente nada, y que hay un solo Dios.
- En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.