De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Y según la Ley, casi todo es purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión.
Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.