Versículos de la Biblia sobre 'La mirada de DIOS EN MI'
- Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
- Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
- Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
- Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
- En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
- Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
- ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
- Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
- Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? - Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
- Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
- Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
- ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
- No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
- Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí. - Toda palabra de Dios es limpia;
El es escudo a los que en él esperan. - A Jehová cantaré en mi vida;
A mi Dios cantaré salmos mientras viva. - Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
- Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
- Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
- Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
- !!Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! - Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
- El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
- Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
- El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
- Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
- Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó. - Bienaventurados los pacificadores,
porque ellos serán llamados hijos de Dios. - Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.
- Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
- Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
- Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
- ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.
- En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. - No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
- El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
- Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
- Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio. - Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.
- Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
- Y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.
- Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
- Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
- El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
- Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
- Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
- Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
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