Versículos de la Biblia sobre 'Mío'
- Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
- Oye, hijo mío, y recibe mis razones,
Y se te multiplicarán años de vida. - Hijo mío, si tu corazón fuere sabio,
También a mí se me alegrará el corazón. - El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón. - Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu madre. - Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. - Mas yo a Jehová miraré,
esperaré al Dios de mi salvación;
el Dios mío me oirá. - Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. - Hijo mío, está atento a mis palabras;
Inclina tu oído a mis razones.
No se aparten de tus ojos;
Guárdalas en medio de tu corazón. - Hijo mío, no te olvides de mi ley,
Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Porque largura de días y años de vida
Y paz te aumentarán. - No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová,
Ni te fatigues de su corrección;
Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere. - El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré. - ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío. - Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas. - Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
- Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
- Tú encenderás mi lámpara;
Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas. - De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
- Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
Mi gloria, y el que levanta mi cabeza. - Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.
- No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
- Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
- Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.
Temas relacionados
Obediencia
Respondió Jesús y le...
Corazón
Sobre toda cosa guardada...
Hablar
La muerte y la...
Fuerza
No temas, porque yo...
Ley
Y estas palabras que...
Vida
Jehová te guardará de...