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Versículos de la Biblia sobre 'Malvado'

  • El impío gana salario engañoso,
    pero el que siembra justicia recibe verdadera recompensa.
  • La lengua del justo es plata escogida,
    pero el corazón de los impíos es poca cosa.
  • Hay bendiciones sobre la cabeza del justo,
    pero la boca de los impíos oculta violencia.
  • Los labios del justo dan a conocer lo agradable,
    pero la boca de los impíos, lo perverso.
  • ¿Acaso me complazco yo en la muerte del impío —declara el Señor Dios— y no en que se aparte de sus caminos y viva?
  • Pero si el impío se aparta de todos los pecados que ha cometido, guarda todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá, no morirá.
  • La memoria del justo es bendita,
    pero el nombre del impío se pudrirá.
  • La esperanza de los justos es alegría,
    pero la expectación de los impíos perecerá.
  • Abandone el impío su camino,
    y el hombre inicuo sus pensamientos,
    y vuélvase al Señor,
    que tendrá de él compasión,
    al Dios nuestro,
    que será amplio en perdonar.
  • Mejor es lo poco del justo
    que la abundancia de muchos impíos.
    Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
    mas el Señor sostiene a los justos.
  • El impío pide prestado y no paga,
    mas el justo es compasivo y da.
  • Quienes os decían: En los últimos tiempos habrá burladores que irán tras sus propias pasiones impías. Estos son los que causan divisiones; individuos mundanos que no tienen el Espíritu.
  • Los que amáis al Señor, aborreced el mal;
    Él guarda las almas de sus santos;
    los libra de la mano de los impíos.
  • Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho lo malo, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.
  • El Señor protege a los extranjeros,
    sostiene al huérfano y a la viuda,
    pero trastorna el camino de los impíos.
  • Confía callado en el Señor y espérale con paciencia;
    no te irrites a causa del que prospera en su camino,
    por el hombre que lleva a cabo sus intrigas.
  • Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.
    Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios
    que morar en las tiendas de impiedad.
  • ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
    ni se detiene en el camino de los pecadores,
    ni se sienta en la silla de los escarnecedores.
  • Porque el Señor ama la justicia,
    y no abandona a sus santos;
    ellos son preservados para siempre,
    pero la descendencia de los impíos será exterminada.
  • Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos comprenderá, pero los entendidos comprenderán.
  • Si no escucháis, y si no decidís de corazón dar honor a mi nombre —dice el Señor de los ejércitos— enviaré sobre vosotros maldición, y maldeciré vuestras bendiciones; y en verdad, ya las he maldecido, porque no lo habéis decidido de corazón.
  • Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
  • No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.
  • Lavaos, limpiaos,
    quitad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos;
    cesad de hacer el mal.
  • De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
  • No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.
  • Pero fiel es el Señor quien os fortalecerá y protegerá del maligno.
  • El temor del Señor es aborrecer el mal.
    El orgullo, la arrogancia, el mal camino
    y la boca perversa, yo aborrezco.
  • El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
  • Apártate del mal y haz el bien,
    busca la paz y síguela.
  • Guarda tu lengua del mal,
    y tus labios de hablar engaño.
  • Y decía: Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre.
  • Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.
  • No devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición.
  • Y vio Dios sus acciones, que se habían apartado de su mal camino; entonces se arrepintió Dios del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
  • Mas para vosotros que teméis mi nombre, se levantará el sol de justicia con la salud en sus alas; y saldréis y saltaréis como terneros del establo.
  • No os dejéis engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».
  • No te desvíes a la derecha ni a la izquierda;
    aparta tu pie del mal.
  • Y ellos serán míos —dice el Señor de los ejércitos— el día en que yo prepare mi tesoro especial, y los perdonaré como un hombre perdona al hijo que le sirve.
  • Tesoros mal adquiridos no aprovechan,
    mas la justicia libra de la muerte.
  • Reconociendo esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado.
  • Pues
    El que quiere amar la vida y ver días buenos,
    refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño.
    Apártese del mal y haga el bien;
    busque la paz y sígala.
  • Andad como libres, pero no uséis la libertad como pretexto para la maldad, sino empleadla como siervos de Dios.
  • El amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.
  • Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.
  • El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándoos a lo bueno.
  • Como la sentencia contra una mala obra no se ejecuta enseguida, por eso el corazón de los hijos de los hombres está en ellos entregado enteramente a hacer el mal.
  • Antes bien, sea vuestro hablar: «Sí, sí» o «No, no»; y lo que es más de esto, procede del mal.
  • Pero a vosotros los que oís, os digo: amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen; orad por los que os vituperan.
  • El rostro del Señor está contra los que hacen mal,
    para cortar de la tierra su memoria.