- El hacer justicia y derecho
es más deseado por el Señor que el sacrificio. - El rico domina a los pobres,
y el deudor es esclavo del acreedor. - En todo trabajo hay ganancia,
pero el vano hablar conduce solo a la pobreza. - La memoria del justo es bendita,
pero el nombre del impío se pudrirá. - La bendición del Señor es la que enriquece,
y Él no añade tristeza con ella. - Al que aparta su oído para no oír la ley,
su oración también es abominación. - Tesoros mal adquiridos no aprovechan,
mas la justicia libra de la muerte. - No niegues el bien a quien se le debe,
cuando esté en tu mano el hacerlo. - Probada es toda palabra de Dios;
Él es escudo para los que en Él se refugian. - El hijo sabio alegra al padre,
pero el hijo necio es tristeza para su madre. - El necio no se deleita en la prudencia,
sino solo en revelar su corazón. - La suave respuesta aparta el furor,
mas la palabra hiriente hace subir la ira. - Como ciudad invadida y sin murallas
es el hombre que no domina su espíritu. - La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime,
mas la buena palabra lo alegra. - El nombre del Señor es torre fuerte,
a ella corre el justo y está a salvo. - Bienaventurado el hombre que halla sabiduría
y el hombre que adquiere entendimiento. - Con toda diligencia guarda tu corazón,
porque de él brotan los manantiales de la vida. - El temor al hombre es un lazo,
pero el que confía en el Señor estará seguro. - La justicia engrandece a la nación,
pero el pecado es afrenta para los pueblos. - El orgullo del hombre lo humillará,
pero el de espíritu humilde obtendrá honores. - El sabio de corazón aceptará mandatos,
mas el necio charlatán será derribado. - Mejor es lo poco con el temor del Señor,
que gran tesoro y turbación con él. - La mano de los diligentes gobernará,
pero la indolencia será sujeta a trabajos forzados. - Enseña al niño el camino en que debe andar,
y aun cuando sea viejo no se apartará de él. - La lengua del justo es plata escogida,
pero el corazón de los impíos es poca cosa.
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