Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. | Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. |
Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe. | De día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo; elevaré una oración al Dios de mi vida. |
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Desde mi angustia clamé al Señor, y él respondió dándome libertad. | En medio de mi angustia invoqué al Señor; el Señor me respondió y me puso en un lugar espacioso. |
Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno». | Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti. |
Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del Señor. | Examinemos nuestros caminos y escudriñémoslos, y volvamos al Señor. |
Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros. | Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, tal como lo hizo sobre nosotros al principio. |
Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. | Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme. |
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. | Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza. |
La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. | La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. |
Así dice el Señor al reino de Israel: «Búsquenme y vivirán.» | Porque así dice el Señor a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis. |
El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido. | Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás. |
El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. | Y el que suministra semilla al sembrador y pan para su alimento, suplirá y multiplicará vuestra sementera y aumentará la siega de vuestra justicia. |
Busquen al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano. | Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca. |
Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. | Honra al Señor con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos. |
Bien le va al que presta con generosidad, y maneja sus negocios con justicia. | Bien le va al hombre que se apiada y presta; arreglará sus asuntos con juicio. |
Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios. | Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él. |
Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano. | Por consiguiente, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidid esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano. |
¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre! | Dad gracias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. |
Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre. | Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido. |
Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. | En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él. |
Cantaré al Señor toda mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras tenga aliento. | Al Señor cantaré mientras yo viva; cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista. |
Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. | Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. |
Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!» | Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. |
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud. | Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud. |
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. | Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo. |