El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe. | He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. |
También esto viene del Señor Todopoderoso, admirable por su consejo y magnífico por su sabiduría. | También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría. |
|
En aquel día se dirá: «Alaben al Señor, invoquen su nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre.» | Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. |
Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo. | Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. |
A los justos los guía su integridad; a los falsos los destruye su hipocresía. | La integridad de los rectos los encaminará; Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos. |
En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia. | En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. |
El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz. | Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. |
Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. | Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. |
El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición. El rico pasará como la flor del campo. | El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. |
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo. | Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. |
El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla. | El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega. |
Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. | A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte. |
Los labios del necio son causa de contienda; su boca incita a la riña. | Los labios del necio traen contienda; Y su boca los azotes llama. |
El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir. | Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino. |
Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. | Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado. |
Con su riqueza el rico pone a salvo su vida, pero al pobre no hay ni quien lo amenace. | El rescate de la vida del hombre está en sus riquezas; Pero el pobre no oye censuras. |
Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable. | Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable. |
Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. | Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. |
Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. | En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. |
Porque no fue su espada la que conquistó la tierra, ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas. | Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos. |
Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. | Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? |
Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió. | Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. |
Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida! | Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. |
¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre! | Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna. |
Tal como salió del vientre de su madre, así se irá: desnudo como vino al mundo, y sin llevarse el fruto de tanto trabajo. | Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano. |