He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende;
no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso.
no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso.
He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga;
Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Bienaventurado es el hombre a quien Dios corrige;
por tanto, no desprecies la reprensión del Todopoderoso.
por tanto, no desprecies la reprensión del Todopoderoso.
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