- Conociendo esto: que la Ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mí me ha sido encomendado.
- Si andáis en mis preceptos y guardáis mis mandamientos, y los ponéis por obra, yo os enviaré las lluvias a su tiempo, y la tierra y el árbol del campo darán su fruto.
- Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová, nuestro Dios, como él nos ha mandado.
- No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
- Incluso la oración le es abominable
al que aparta su oído para no escuchar la Ley. - Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y temiéndolo.
- Jehová nos mandó que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová, nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días y para que nos conserve la vida, como hasta hoy.
- El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
y tu Ley está en medio de mi corazón. - Y según la Ley, casi todo es purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión.
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