El Señor es lento para la ira y grande en poder, y ciertamente el Señor no dejará impune al culpable. En el torbellino y la tempestad está su camino, y las nubes son el polvo de sus pies.
Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús.