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Versículos de la Biblia sobre el Pan

Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.
Él respondió y dijo: —Escrito está: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”Jesús le respondió: —Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Anda, come tu pan con gozo y bebe tu vino con alegre corazón, porque tus obras ya son agradables a Dios.¡Anda, come tu pan con alegría! ¡Bebe tu vino con buen ánimo, que Dios ya se ha agradado de tus obras!
También tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: —Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo: —Este pan es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí.
Y el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia.El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Perseveraban unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.
Te afligió, te hizo pasar hambre y te sustentó con maná, comida que ni tú ni tus padres habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.
Y tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo, los partió y dio a sus discípulos para que los pusieran delante de la gente. Comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que les sobró: doce cestas de pedazos.Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, los bendijo. Luego los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.
Aconteció que al pasar él por los sembrados un sábado, sus discípulos, mientras andaban, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le dijeron: —Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito? Pero él les dijo: —¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? También les dijo: —El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado. Por tanto, el Hijo del hombre es Señor aun del sábado.Un sábado, al cruzar Jesús los sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar a su paso unas espigas de trigo. —Mira —le preguntaron los fariseos—, ¿por qué hacen ellos lo que está prohibido hacer en sábado? Él les contestó: —¿Nunca han leído lo que hizo David en aquella ocasión, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre y pasaron necesidad? Entró en la casa de Dios cuando Abiatar era el sumo sacerdote, y comió los panes consagrados a Dios, que solo a los sacerdotes les es permitido comer. Y dio también a sus compañeros. El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado —añadió—. Así que el Hijo del hombre es Señor incluso del sábado.
Moisés estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.Y Moisés se quedó en el monte, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber nada. Allí, en las tablas, escribió los términos del pacto, es decir, los diez mandamientos.
Mientras comían, tomó Jesús el pan, lo bendijo, lo partió y dio a sus discípulos, diciendo: —Tomad, comed; esto es mi cuerpo.Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciéndoles: —Tomen y coman; esto es mi cuerpo.

Versículo de la Biblia del día

Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.

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