¿Y qué mérito tienen ustedes al hacer bien a quienes les hacen bien? Aun los pecadores actúan así. | Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. |
Que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga. | Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. |
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No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien. | No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. |
Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno». | Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti. |
Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. | Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. |
Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. | Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. |
Bien le va al que presta con generosidad, y maneja sus negocios con justicia. | El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio. |
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. | Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. |
Y a ustedes, ¿quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien? | ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? |
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. | No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. |
¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado. | Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. |
Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe. | Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. |
¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor! ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda! | Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. |
Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano. | Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. |
Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. | Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan. |
Que nadie busque sus propios intereses, sino los del prójimo. | Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. |
Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no solo entre ustedes, sino a todos. | Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. |
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. | Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. |
El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. | El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. |
Ahora bien, no hace falta mediador si hay una sola parte, y sin embargo Dios es uno solo. | Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. |
Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” | Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. |
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. | Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. |
Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. | Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. |
Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. | Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. |
Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén. | Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. |