El que ama la instrucción ama la sabiduría; Mas el que aborrece la reprensión es ignorante. | El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. |
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. | Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. |
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El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. | El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. |
De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. | Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan. |
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. | No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. |
Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová. | En verdad, quien me encuentra halla la vida y recibe el favor del Señor. |
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. | Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.» |
El necio al punto da a conocer su ira; Mas el que no hace caso de la injuria es prudente. | El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto. |
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. | Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. |
El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. | Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro. |
Mas el que se gloría, gloríese en el Señor; porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba. | Más bien, «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor». Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien recomienda el Señor. |
El sabio de corazón recibirá los mandamientos; Mas el necio de labios caerá. | El de sabio corazón acata las órdenes, pero el necio y rezongón va camino al desastre. |
Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. | Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. |
Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. | Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. |
Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, El pueblo que él escogió como heredad para sí. | Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que escogió por su heredad. |
Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. | Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano. |
El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos. | El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos. |
El impío hace obra falsa; Mas el que siembra justicia tendrá galardón firme. | El malvado obtiene ganancias ilusorias; el que siembra justicia asegura su ganancia. |
El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová. | Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor. |
Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. | Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes permanecerán también en el Hijo y en el Padre. |
El impío toma prestado, y no paga; Mas el justo tiene misericordia, y da. | Los malvados piden prestado y no pagan, pero los justos dan con generosidad. |
El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos. | Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos. |
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. | El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. |
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. | Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. |
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. | Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él. |