- Compasivo y clemente es el Señor,
lento para la ira y grande en misericordia. - Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado.
- Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio,
cuando cierra los labios, por prudente. - Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella;
el mundo y los que en él habitan. - Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues estos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.
- Digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes,
y el hijo del hombre para que lo cuides? - Mirad cuán bueno y cuán agradable es
que los hermanos habiten juntos en armonía. - Fortaleza para el íntegro es el camino del Señor,
pero ruina para los que obran iniquidad. - Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
- Y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
- Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres.
- El amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.
- Como ciudad invadida y sin murallas
es el hombre que no domina su espíritu. - Dios es nuestro refugio y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. - Pero ahora Él ha obtenido un ministerio tanto mejor, por cuanto es también el mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
- Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.
- A todo el que te pida, dale, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames.
- Engañosa es la gracia y vana la belleza,
pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada. - Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
- El nombre del Señor es torre fuerte,
a ella corre el justo y está a salvo. - He aquí lo que yo he visto que es bueno y conveniente: comer, beber y gozarse uno de todo el trabajo en que se afana bajo el sol en los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque esta es su recompensa.
- Porque grande, hasta los cielos, es tu misericordia,
y hasta el firmamento tu verdad. - La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta:
teme a Dios y guarda sus mandamientos,
porque esto concierne a toda persona. - Mejor es poco con justicia,
que gran ganancia con injusticia. - Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
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