Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. | El que salga vencedor se vestirá de blanco. Jamás borraré su nombre del libro de la vida, sino que reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. |
Dad gracias al Señor, invocad su nombre; dad a conocer sus obras entre los pueblos. | Den gracias al Señor, invoquen su nombre; den a conocer sus obras entre las naciones. |
Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera; y su grandeza es inescrutable. | Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable. |
El necio no se deleita en la prudencia, sino solo en revelar su corazón. | Al necio no le complace el discernimiento; tan solo hace alarde de su propia opinión. |
Dad gracias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. | ¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre! |
Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. | Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. |
Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. | Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. |
Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano. | Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano. |
Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos. | Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. |
Porque el Señor se deleita en su pueblo; adornará de salvación a los afligidos. | Porque el Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria. |
Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. | Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. |
Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos. | No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. |
Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. | El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas. |
Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. | Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. |
Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. | Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. |
¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en su ira para siempre, porque se complace en la misericordia. | ¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar. |
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca. | El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca. |
Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. | A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados. |
La mente del hombre planea su camino, pero el Señor dirige sus pasos. | El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. |
Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? | ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? |
El necio rechaza la disciplina de su padre, mas el que acepta la reprensión es prudente. | El necio desdeña la corrección de su padre; el que la acepta demuestra prudencia. |
Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando su nombre. | Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre. |
He aquí, los ojos del Señor están sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia. | Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor. |
Porque la palabra del Señor es recta; y toda su obra es hecha con fidelidad. | La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras. |
Con sus plumas te cubre, y bajo sus alas hallas refugio; escudo y baluarte es su fidelidad. | Pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! |
Versículo de la Biblia del día
Solo Él es mi roca y mi salvación,mi refugio, nunca seré sacudido.