Versículos de la Biblia sobre 'Su'
- Buscad al Señor y su fortaleza;
buscad su rostro continuamente. - Buscad al Señor y su fortaleza;
buscad su rostro continuamente. - No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.
- Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
- El Señor dará fuerza a su pueblo;
el Señor bendecirá a su pueblo con paz. - Él que guarda su boca, preserva su vida;
el que mucho abre sus labios, termina en ruina. - Nadie busque su propio bien, sino el de su prójimo.
- El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.
- El que anda en integridad y obra justicia,
que habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua,
no hace mal a su prójimo,
ni toma reproche contra su amigo. - Él envió su palabra y los sanó
y los libró de la muerte. - En Él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia.
- Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
- He aquí el orgulloso:
en él, su alma no es recta,
mas el justo por su fe vivirá. - Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ese la salvará.
- La fortuna del rico es su ciudad fortificada,
y como muralla alta en su imaginación. - Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación.
- Al que aparta su oído para no oír la ley,
su oración también es abominación. - En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
- Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
- De día mandará el Señor su misericordia,
y de noche su cántico estará conmigo;
elevaré una oración al Dios de mi vida. - No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
- Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
- Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
- Si alguno se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana.
- Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra Él, que decía: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
- Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos,
y todo su ejército por el aliento de su boca. - Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.
- Y conocerle a Él, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como Él en su muerte.
- Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
- Bendice, alma mía, al Señor,
y bendiga todo mi ser su santo nombre. - Y aquel día dirás:
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
haced conocer entre los pueblos sus obras,
haced recordar que su nombre es enaltecido. - Como salió del vientre de su madre, desnudo,
así volverá, yéndose tal como vino;
nada saca del fruto de su trabajo
que pueda llevarse en la mano. - ¿Cómo puede el joven guardar puro su camino?
Guardando tu palabra. - Porque su ira es solo por un momento,
pero su favor es por toda una vida;
el llanto puede durar toda la noche,
pero a la mañana vendrá el grito de alegría. - También esto procede del Señor de los ejércitos,
que ha hecho maravilloso su consejo y grande su sabiduría. - El Señor te bendiga y te guarde;
el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia;
el Señor alce sobre ti su rostro,
y te dé paz. - Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?
- El hijo sabio alegra al padre,
pero el hijo necio es tristeza para su madre. - Pero que el hermano de condición humilde se gloríe en su alta posición, y el rico en su humillación, pues él pasará como la flor de la hierba.
- El necio da rienda suelta a su ira,
pero el sabio la reprime. - Cantad a Dios, cantad alabanzas a su nombre;
abrid paso al que cabalga por los desiertos,
cuyo nombre es el Señor; regocijaos delante de Él.
Padre de los huérfanos y defensor de las viudas
es Dios en su santa morada. - El que edifica en los cielos sus altos aposentos,
y sobre la tierra ha establecido su bóveda;
el que llama a las aguas del mar
y las derrama sobre la faz de la tierra:
el Señor es su nombre. - Espero en el Señor; en Él espera mi alma,
y en su palabra tengo mi esperanza. - Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?
- Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida.
- Más valen dos que uno solo,
pues tienen mejor remuneración por su trabajo. - Los labios del necio provocan contienda,
y su boca llama a los golpes. - Pues no por su espada tomaron posesión de la tierra,
ni su brazo los salvó,
sino tu diestra y tu brazo, y la luz de tu presencia,
porque te complaciste en ellos. - Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.
- Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.
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