- Yo te amo, Señor, fortaleza mía.
El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador;
mi Dios, mi roca en quien me refugio;
mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable. - Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa.
- Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
- Si por causa del día de reposo apartas tu pie
para no hacer lo que te plazca en mi día santo,
y llamas al día de reposo delicia, al día santo del Señor, honorable,
y lo honras, no siguiendo tus caminos,
ni buscando tu placer,
ni hablando de tus propios asuntos,
entonces te deleitarás en el Señor,
y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra,
y te alimentaré con la heredad de tu padre Jacob;
porque la boca del Señor ha hablado. - Lámpara es a mis pies tu palabra,
y luz para mi camino. - Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
- Mas yo en tu misericordia he confiado;
mi corazón se regocijará en tu salvación.
Cantaré al Señor,
porque me ha colmado de bienes. - El Señor es mi fuerza y mi escudo;
en Él confía mi corazón, y soy socorrido;
por tanto, mi corazón se regocija,
y le daré gracias con mi cántico. - El Señor es mi porción —dice mi alma—
por eso en Él espero. - Guardaréis mis días de reposo, y tendréis en reverencia mi santuario; yo soy el Señor.
- Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza.
- Espero en el Señor; en Él espera mi alma,
y en su palabra tengo mi esperanza. - Acuérdate, oh Señor, de tu compasión y de tus misericordias,
que son eternas.
No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones;
acuérdate de mí conforme a tu misericordia,
por tu bondad, oh Señor. - Su señor le dijo: «Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor».
- Oh Señor, escucha mi oración,
presta oído a mis súplicas,
respóndeme por tu fidelidad, por tu justicia. - Pon tu delicia en el Señor,
y Él te dará las peticiones de tu corazón. - Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío;
tu ley está dentro de mi corazón. - Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da.
- Hijo mío, si tu corazón es sabio,
mi corazón también se me alegrará. - En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: «Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llama».
- Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido.
Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
desde lejos comprendes mis pensamientos. - Guardarás el día de reposo para santificarlo, como el Señor tu Dios lo ha mandado. Seis días trabajarás y harás todo tu trabajo, mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el forastero que está contigo, para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú.
- No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
- Te manifesté mi pecado,
y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor;
y tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah) - Porque tu misericordia es mejor que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré mientras viva,
en tu nombre alzaré mis manos.
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