- Quita, pues, de tu corazón el enojo y aparta de tu carne el mal, porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
- Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa de Jehová moraré por largos días. - Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
- Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, pues es mentiroso y padre de mentira.
- Jehová te guardará de todo mal,
él guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
desde ahora y para siempre. - Nadie busque su propio bien, sino el del otro.
- Pero sea vuestro hablar: “Sí, sí” o “No, no” porque lo que es más de esto, de mal procede.
- Alma mía, dijiste a Jehová:
«Tú eres mi Señor;
no hay para mí bien fuera de ti.» - Hombre, él te ha declarado lo que es bueno,
lo que pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia,
amar misericordia
y humillarte ante tu Dios. - Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
- ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme.
- Guarda tu lengua del mal
y tus labios de hablar engaño. - Así que no os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal.
- No temáis a los que matan el cuerpo pero el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
- El hombre de bien tiene misericordia y presta;
gobierna sus asuntos con justicia. - El que anda en integridad y hace justicia;
el que habla verdad en su corazón;
el que no calumnia con su lengua
ni hace mal a su prójimo
ni admite reproche alguno contra su vecino. - El malvado obra con falsedad;
el que siembra justicia obtendrá firme galardón. - Enséñame a hacer tu voluntad,
porque tú eres mi Dios;
tu buen espíritu me guíe
a tierra de rectitud. - Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
- Te afligió, te hizo pasar hambre y te sustentó con maná, comida que ni tú ni tus padres habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
- Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección, porque haciendo estas cosas, jamás caeréis. De esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
- No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque Jehová no considerará inocente al que tome su nombre en vano.
- Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
- He aquí, pues, el bien que he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar de los frutos de todo el trabajo con que uno se fatiga debajo del sol todos los días de la vida que Dios le ha dado, porque ésa es su recompensa.
- Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!
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